Nada que las palabras no puedan aliviar. Nada que este monólogo absurdo ( que siempre se escribe pensando en terceros ) no calme temporalmente. Nada que este vals silente de consonantes y vocales, que se interrumpe a veces por una que otra coma, no pueda apañar.
Nada de este mundo, todo de este mundo, suposiciones como supositorios y derechos de piel vencidos por falta de pago. Apuestas con dados en blanco sobre amores prófugos que no saben jugar.
Nada que no hayas vivido antes. Nada que no hayas vivido una mañana anterior.

Nada, salvo la traicionera de la memoria, ésa que vive de gratis sin pagar renta en tu cabeza, que se pone traviesa al primer sorbo de alcohol, que te pone a dar vueltas sabiendo siempre hacia dónde te llevará al mareo..hacia una que otra acción que mañana de seguro repudiarás, como el recuerdo de tus dedos queriéndote arrancar la garganta.

Nada.